Luego de varias prórrogas, a partir del 1º de enero de este año comenzó a ser exigible como requisito para circular por las calles de Mendoza la Revisación Técnica Obligatoria (RTO), aunque desde entonces se atravesó una etapa de “concientización”, por lo que los automovilistas durante estos meses sólo eran advertidos si contaban con la verificación realizada. Hasta hoy, ya que desde noviembre -como lo anticipó el gobernador Rodolfo Suarez semanas atrás– serán pasibles de multas los vehículos que no exhiban la oblea que determina que el trámite está al día.
De este modo, se espera una gran afluencia de conductores en los talleres habilitados para llevar a cabo el trámite, incluso mayor a lo que se vivió a fines del año pasado. Y eso responde a cuatro situaciones que generarán un “embudo”.
El fin de la etapa de concientización, claro está, es la primera. Asimismo, en noviembre y diciembre se vence la vigencia de un año (que posee por ley la verificación) de la mayoría de los vehículos que ya efectuaron el trámite. Es que en ese lapso de 60 días de 2021, los y las mendocinas se agolparon en los centros de revisación cuando se supo que la RTO comenzaría a ser obligatoria, algo que finalmente se postergó. De este modo, se cruzarán las personas que deben renovar la oblea con las que lo harán por primera vez.
Las otras dos razones por las que los dueños de talleres estiman un crecimiento exponencial de turnos y clientes, son económicas. Ello se debe a que –como adelantó este medio días atrás– a partir del primer día de 2023 aumentará el valor de la RTO y de la multa por no tenerla.
Fuente: SitioAndino y Prensa Gobierno