El pasado viernes el Ministerio de Salud de Chile confirmó la llegada al país de la nueva variante XBB.1.5 del coronavirus, también denominada como Kraken. Este sublinaje de Ómicron, según las autoridades, proviene de Estados Unidos, donde ya representa el 40% de los casos, y que se han duplicado en solo una semana.
Los principales portadores de esta cepa serían los viajeros y, hasta ahora, no se han detectado casos graves por esta variante en Chile. Sin embargo, su posible expansión mantiene en alerta a los expertos y autoridades sanitarias.
Los contagios por COVID-19 han tenido alzas en Asia, Europa y América, donde más del 40% de los casos de coronavirus reportados en Estados Unidos actualmente, corresponden a esta subvariante, que ha tenido un acelerado crecimiento durante los últimos días.
En entrevista con diario La Tercera, la infectóloga de Clínica Universidad de los Andes y Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Dra. Lorena Tapia, advirtió que esta variante de Ómicron “al parecer tiene una transmisión muy alta, muy parecida a lo que también puede estar circulando en China”. La infectóloga agregó que si bien no ha mostrado una mayor tasa de mortalidad, es relevante considerar la saturación del sistema de salud.
Los síntomas de “Kraken”
Según los informes detallados por las autoridades, en los pocos meses que circula esta variante, se ha visto que los síntomas son muy parecidos a los ya conocidos de Ómicron. Se señala que algunos de los síntomas comunes de la variante Kraken son:
– Tos
– Fiebre
– Dolor de garganta
– Congestión nasal
– Dolor de cabeza
– Fatiga
Pese a que la mayoría de los casos no son graves, la OMS manifestó preocupación por la variante por su alto nivel de contagio. “Nos preocupa su capacidad de crecimiento, en particular en Europa y Estados Unidos, donde ha reemplazado rápidamente a otras variantes circulantes”, indicó la epidemióloga de la Organización Mundial de Salud OMS Maria Van Kerkhove.
Se trata de problemas similares a los que se manifiestan en personas contagiadas con formas anteriores del virus, como Perro del infierno (BQ.1.1) y Pesadilla (BQ.1.).
