Un reciente relevamiento de la Unión Industrial Argentina (UIA) a más de 1.200 empresas revela que los principales indicadores industriales están en negativo. Sin embargo, la mayoría de las empresas mantienen la esperanza de una mejoría en el próximo año, tanto para su situación particular como para la del país.
La segunda encuesta anual de la UIA mostró una prevalencia de caídas en la producción, ventas, exportaciones y empleo. Como resultado, también aumentó el número de empresas con dificultades para cumplir con sus pagos.
El Monitor de Desempeño Industrial (MDI), que anticipa el ciclo de actividad industrial, se situó por octava vez consecutiva por debajo de 50, indicando una contracción en la actividad. Este índice pondera resultados de producción, empleo, tiempo de entrega y stock de insumos.
En detalle, el 53% de las empresas reportó caídas en la producción, el 60% en ventas, el 37% en exportaciones y el 24% en empleo. Estos descensos afectan a todos los segmentos empresariales, con un impacto significativo en las PyMEs. Aunque estos porcentajes fueron ligeramente menores que en el relevamiento de enero debido a factores estacionales, el empleo mostró un aumento en las empresas que redujeron su dotación de personal, alcanzando el valor más alto desde 2021. Además de la reducción de personal, muchas empresas aplicaron suspensiones y redujeron turnos.
El 12% de las empresas informó dificultades para cumplir con todas sus obligaciones financieras, alcanzando el valor más alto de la serie. Los mayores atrasos se observaron en el pago de impuestos.
Las percepciones económicas son pesimistas: el 58,4% de las empresas considera que su situación es peor que hace un año, el 77,2% percibe una situación negativa en su sector y el 67,2% en el país.
No obstante, las expectativas para el futuro son más positivas. El 62,1% de las empresas espera una mejora en su situación económica dentro de un año, mientras que el 68,3% anticipa una mejora en la situación del país.
Los principales desafíos que enfrentan los industriales incluyen el aumento de costos, señalado por el 30,2% de las empresas, seguido por la caída de la demanda en otros sectores (25,1%) y en los hogares (23,3%).
