Los tres ejes del discurso de Cristina en Plaza de Mayo

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner advirtió este jueves que aunque «hagan lo que le hagan», la quieran matar o meter presa, ella «es del pueblo» y llamó a fundar un nuevo «pacto democrático» con todos los sectores políticos.

«Nunca fui de ellos ni lo voy a ser. Hagan lo que hagan, me quieran matar, meter presa, yo soy del pueblo y de ahí no me muevo», exclamó la exmandataria ante militantes que coreaban ‘Cristina Presidenta’ en una colmada Plaza de Mayo, donde encabezó bajo una lluvia torrencial un acto por los 20 años de la asunción de Néstor Kirchner como Presidente, junto a la primera plana del Frente de Todos (FdT).

En su primera aparición en un acto masivo tras el atentado que sufrió el 1º de septiembre del año pasado, la Vicepresidenta instó a la «renovación del pacto democrático» que, dijo, se fundó el 10 de diciembre de 1983 en Plaza de Mayo.

En esa fecha, rememoró, los jóvenes convocados por el entonces presidente Raúl Alfonsín «horrorizados por la tragedia de la dictadura reclamaban un país diferente» y quedaba «erradicado y prohibido quitarle la vida al que no pensaba igual».

«Hay que volver a renovar ese pacto. Cuando escucho y dicen hay que acabar con el peronismo o con el kirchnerismo…; por favor, si con ganar me alcanza, ¿por qué tenemos que llegar al exterminio del otro?», preguntó Fernández de Kirchner.

Foto Ral Ferrari

Acompañada en el escenario por funcionarios, legisladores y dirigentes del oficialismo y por sus nietos María Emilia y Néstor Iván, hijos del diputado Máximo Kirchner, quienes se mostraron con ella por primera vez en un acto político, la exmandataria propuso «tres ejes» para la etapa que viene, aunque se privó de designar precandidatos para las elecciones.

El primero de los ejes propuestos fue rediscutir el acuerdo con el FMI porque, advirtió, «si no logramos que sea dejado de lado y nos permita elaborar un programa propio de crecimiento, industrialización e innovación tecnológica va a ser imposible pagarlo, por más que digan lo que digan».

La exmandataria remarcó que el préstamo de ese organismo al Gobierno de Mauricio Macri otorgado en 2018 fue de carácter «político», por lo que «política tiene que ser la solución», y citó a Néstor Kirchner cuando «decía que los muertos no pagan la deuda».

La titular del Senado en ese punto cuestionó a Macri pero sobre todo al propio organismo, entonces dirigido por la economista francesa Christine Lagarde, porque, insistió, «no tiene la culpa el chancho sino el que le da de comer».

La referencia a la necesidad de renegociar el acuerdo con el FMI fue reconocida con un aplauso por los dirigentes que la acompañaban en el escenario, entre los que había varios potenciales precandidatos en los lugares más próximos del atril: allí estaban, entre otros, el gobernador bonaerense Axel Kicillof, el ministro del Interior, Eduardo ‘Wado’ De Pedro, y el titular del Palacio de Hacienda, Sergio Massa, quien comanda las negociaciones con el organismo.

Foto Pepe Mateos

«¿Se creen que van a poder pagarlo únicamente con commodities? No, olvídense de eso porque además, finalmente, las commodities las terminan también regulando los flujos financieros y siempre te acomodan para seguir debiendo. Es imprescindible entonces unidad nacional frente a eso. Fue un préstamo político y política tiene que ser también la solución», argumentó la Vicepresidenta.

Y luego completó el planteo con una propuesta: «En todo caso que lo aten a un porcentaje de las exportaciones pero que dejen de querer dirigir la política y clausurarnos la industrialización del país y convertirnos únicamente en proveedores de materia prima», profundizó.

En ese tramo hizo una descripción de la herencia económica que atribuyó a la gestión de Macri: dijo que entre 2015 y 2019 el PBI de la Argentina medido en dólares se redujo en 200.000 millones de dólares y que el Gobierno de Cambiemos dejó «120.000 millones de dólares más de deuda».

«Eso es lo que hicieron en cuatro años los que hoy nos dicen que quieren volver a conducir el país», alertó.

En segundo término, planteó repensar la administración de los recursos naturales, al advertir que el país «no puede seguir atado a una economía primarizada y los precios internacionales aunque llueva o salga el sol», razón por la que se impone, subrayó, un «salto cualitativo, articular lo publico y lo privado».

«¡Esta es la discusión que necesitamos los argentinos y no las boludeces que escuchamos todos los días por la televisión!», puntualizó, y pidió disculpas por la expresión elegida para advertir sobre la desconexión entre lo que considera las prioridades del país y lo que se escucha a la mayoría de los precandidatos.

En el tercer eje de su discurso, habló de la necesidad de refundar el «pacto democrático» que la Argentina vivió al salir de la dictadura en diciembre de 1983, y consideró «necesario» volver a «darle al país un Poder Judicial que se ha evaporado entre las tramoyas de una camarilla indigna para la historia argentina».

La Corte Suprema es «un mamarracho indigno»

Planteó en ese sentido que la Corte Suprema es un «mamarracho indigno» y que «los argentinos se merecen» un máximo tribunal que «sea llamado como tal sin ponerse colorado; a todos los partidos se los pido», añadió.

En una nota de autocrítica, la exmandataria recordó que en 2008, a poco de asumir su primer mandato, «casi se pone el país de sombrero» por una iniciativa que atribuyó a «otro genio de la economía», en referencia al entonces ministro de Economía Martín Lousteau, quien impulsó un esquema de retenciones móviles para las exportaciones agropecuarias que desencadenó «una crisis política» por la resolución 125.

Por otro lado, al convocar a la «alianza» entre lo público y lo privado, propuso aplicar esa lógica en la administración de recursos naturales que en esta etapa del país se asoman a un ‘boom’ exportador, como el litio en las provincias de Jujuy, Catamarca y Salta, entre otras.

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