El primer satélite mendocino, conocido como MendoSat, podría entrar en órbita alrededor de la Tierra en el año 2024. El propósito fundamental de este proyecto es promover el avance científico en la provincia de Mendoza, además de monitorear los recursos hídricos y agrícolas de la región con el objetivo de comprender mejor el impacto del cambio climático.
Gabriel Caballero, líder de esta iniciativa y presidente de The Mars Society Argentina, una organización sin fines de lucro orientada a acercar al público al mundo de la astronomía y la exploración espacial, ha estimado un costo total de alrededor de 200 mil dólares para esta tecnología, incluyendo el costo del lanzamiento que se llevaría a cabo desde España utilizando un cohete de la empresa SpaceX de Elon Musk, siempre y cuando se llegue a un acuerdo para reservar la fecha.
El satélite tendrá aproximadamente el tamaño de un cubo de 10 centímetros de lado y su financiamiento provendrá de fuentes tanto públicas como privadas. Además, se contempla la posibilidad de que la ciudadanía contribuya a través de la donación de créditos obtenidos por la entrega de material reciclable en las máquinas de Ecocanje, un sistema que se extendería por toda la provincia.
El proyecto busca generar un impacto significativo en varios aspectos. En primer lugar, a nivel tecnológico, pretende demostrar la capacidad de Mendoza para desarrollar tecnologías espaciales de este tipo. Además, tiene un enfoque académico, buscando involucrar a estudiantes y graduados en su ejecución. Para lograr esto, se están llevando a cabo charlas en diversas universidades de la región, como la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Mendoza, la Universidad Nacional de Cuyo y la Universidad Tecnológica Nacional – Regional Mendoza.
El grupo de personas involucradas en el proyecto está liderado por Leonardo Muñoz, Álvaro Giunta, Agustín Giardinelli, Federico Alderisi, Marcos Peralta y Gabriel Caballero, y cuenta con la coordinación de Ernesto Chediack. La mayoría de los miembros del equipo ya tienen experiencia en el lanzamiento de picosatélites de pequeño tamaño utilizando globos aerostáticos, lo cual ocurrió en Junín en diciembre de 2022.
Uno de los principales objetivos del nanosatélite, dado su reducido tamaño, es brindar conectividad en áreas remotas a través de la tecnología conocida como «Internet de las Cosas» (IoT), permitiendo la gestión y control remoto en tiempo real de objetos conectados a Internet. Por ejemplo, en el ámbito agrícola, podría proporcionar información crucial para determinar los momentos óptimos de siembra y cosecha, lo que contribuiría a aumentar la eficiencia de los cultivos. También se exploran aplicaciones relacionadas con la gestión del agua, como la medición del caudal de cuencas en zonas de difícil acceso que solo pueden ser alcanzadas en helicóptero. Además, el satélite podría ayudar en la detección y prevención de incendios forestales.
El financiamiento del proyecto involucra a diversos actores, incluyendo el Polo TIC, las empresas mendocinas CEGA Electrónica SA y R-Link SA, la Municipalidad de Godoy Cruz, la compañía INVAP, y se están llevando a cabo negociaciones para establecer un acuerdo con la agencia espacial argentina CONAE. También participan en el proyecto las universidades UTN-FRM, UNCuyo y UM.
El costo estimado para la construcción del satélite es de aproximadamente 100 mil dólares, considerando que algunas de las piezas necesarias son importadas, y se necesitarán otros 100 mil dólares para ponerlo en órbita. Como parte de un enfoque de participación ciudadana, se prevé que las personas puedan intercambiar su residuo plástico por créditos que puedan ser donados a este proyecto a través de las máquinas de EcoCanje, las cuales se planea expandir a otros puntos de la provincia. Esto no solo apoyaría la iniciativa, sino que también contribuiría a reducir la huella de carbono asociada al lanzamiento del MendoSat.
(Con información y fotos de El Sol Diario)
