Durante su visita a Córdoba, Alfredo González, presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), subrayó la preocupante situación de las pymes del país frente a la competencia internacional. Enfatizó que estas empresas no pueden competir con naciones como China, Brasil o incluso con pymes de Paraguay, que operan con solo tres impuestos, mientras que en Argentina se enfrentan a entre 167 y 170 impuestos, tasas y gravámenes.
González expresó estas inquietudes durante su participación en la reunión del Consejo Directivo de la Federación Comercial (Fedecom) en la capital cordobesa. El encuentro convocó a 73 cámaras y centros empresariales de la provincia.
Junto a Fausto Brandolin, presidente de Fedecom, González destacó las expectativas generadas por el cambio de gobierno próximo a concretarse, aunque advirtió sobre posibles desafíos. CAME ya ha entablado contacto con los equipos del presidente electo, Javier Milei, y esperan avances en políticas tributarias diferenciadas para las pymes y medidas que impulsen las economías regionales.
Respecto a la presión impositiva, González señaló datos de un estudio reciente de Iaraf, subrayando la falta de competitividad de las pymes argentinas como resultado de esta carga tributaria.
«Hay una necesidad urgente de reorganizar el sistema impositivo para aliviar esta carga y modernizar el Estado para facilitar la creación de nuevas empresas. Buscamos mejorar la competitividad en un marco de libre mercado, ya que contamos con el talento humano, productos y recursos necesarios. Estamos ansiosos por trabajar en conjunto», añadió.
No obstante, González advirtió sobre los riesgos de una apertura descontrolada de la economía con el nuevo gobierno. Subrayó la importancia de encontrar un equilibrio, destacando que una apertura total o una economía cerrada no son opciones viables.
Desde CAME, proponen un enfoque «intermedio», reconociendo la importancia de proteger la industria nacional de amenazas externas y al mismo tiempo crear las condiciones internas para su crecimiento y competitividad.
En cuanto a la situación actual, González señaló que, a pesar de las dificultades, las pymes no han cerrado aún, enfatizando que el desafío radica en la estabilidad económica a futuro una vez que se reduzca la emisión monetaria.
Fausto Brandolin agregó la necesidad de acceso a financiamiento a tasas razonables, destacando la escasez de crédito para el sector privado en Argentina, lo que impacta directamente en la capacidad de producción y ventas de las pymes.
El consumo interno, vital para las pymes, se ha visto afectado por la pérdida de poder adquisitivo de los salarios. Según un informe reciente de CAME, en los primeros 11 meses del año, las ventas de las pymes registraron una disminución del 2,4% en comparación con el mismo período del año anterior, siendo solo dos de siete rubros relevados (farmacia y calzado) los que se mantuvieron en positivo.
