[Descarga] 1010 consejos para emprendedores

La actual coyuntura –y, en general, cualquier etapa histórica- reclama espíritus emprendedores, personas audaces (de cualquier edad, no sólo jóvenes) que apuesten por poner en marcha proyectos empresariales.

Sacar adelante una iniciativa empresarial es intensamente retador. Javier Fernández Aguado ha diseñado, lanzado o asesorado más de 300 proyectos, tanto en España como en una docena de países de Europa y América. Conoce con detalle los impedimentos, pero también ha experimentado –o contemplado- ese gozo inmenso de quien pone en marcha designios que sin él no existirían. En 1010 consejos para emprendedores, Fernández Aguado ha procurado plasmar su experiencia emprendedora.

No existe una circunstancia ideal para lanzar una compañía: en los instantes de bonanza, porque hay muchos tratando de hacer lo mismo y, en períodos problemáticos, porque el pesimismo corroe los ánimos.

El mejor tiempo es siempre aquel que nos toca vivir. Ahora, cuando muchos se repliegan a sus
cuarteles de invierno en espera de nuevas brisas, quienes se atrevan a salir de puerto tendrán más
posibilidades de éxito.

En este resumen presentamos una selección de consejos que abarcan las más variadas facetas
empresariales. Muchos emprendedores se verán reflejados en las líneas que vienen a continuación.
Todos ellos encontrarán enseñanzas sobre las que meditar y reflexionar para avanzar en la aventura
apasionante (aunque no exenta de trampas) que supone la creación de empresas.

Consejos para emprendedores
1 – Equivocarse en una decisión no supone el fin de nada. Habitualmente ayuda a pisar tierra, facilita
considerar que hemos de esforzarnos para gestionar el conocimiento de quienes nos han precedido,
para evitar caer en los mismos errores. Considerarse perfecto es una significativa imperfección.
2 – Las realidades que se presentan como fáciles acaban por complicarse. El negocio que uno piensa
que no fallará suele hacerlo. Nadie se sitúa delante de un volante pensando que ese día va a matarse
en un accidente. Nadie pone en marcha una empresa considerando que va a perder el tiempo y
dinero en la aventura. El optimismo no debe ser ciego. Es imprescindible el rigor.
3 – Las dificultades en el primer negocio resultan habitualmente más útiles para la propia formación
y para el desarrollo profesional que el hecho de que las cosas marchen como se había planeado.
Entre otros motivos, porque ante los obstáculos aprendemos a conocernos a nosotros mismos, y
además se aprende quiénes son realmente amigos y quienes unos aprovechados.
4 – Bastantes emprendedores piensan al principio que se van a comer el mundo. Pasado un tiempo,
algunos sólo abarcan medio planeta. Un poco más tarde, no se comen una rosca. Al final, unos pocos
sienten cómo la realidad –los acreedores- parece que desea engullírseles a ellos.
5 – Las decisiones han de ser adoptadas sin tener todos los datos encima de la mesa. Cada vez más,
en una sociedad en la que cada uno puede acceder a más información con la lectura de un periódico
que un antepasado en toda su existencia, aprender a gestionar sin esperar a acumular los matices es
una condición sine qua non para el gobierno de las sociedades que se pongan en marcha.
6 – Solo quien se arriesga a fracasos limitados cosechará triunfos.
7 – Financiar los negocios con dinero de amigos es más peligroso que hacerlos con fondos de una
entidad financiera. La pérdida de un verdadero amigo no se compensa con nada.
8 – Mucho mejor que empezar un negocio con fondos ajenos es arrancar con propios. Numerosas son
las razones para este comportamiento. Entre otras, que nada se aprecia tanto como lo que uno ha
logrado con el sudor de su frente, o que ahorrar habrá supuesto adquirir algo que vale más que el
dinero: experiencia. Conocer por dentro una empresa –preferiblemente del sector- vale tanto que
resulta oportuno desaconsejar a un emprendedor que se lance a una aventura sin antes pasar un
período en las máquinas del negocio de otro.
9 – Salvo excepciones, si un empresario solicita créditos para gastos corrientes, pronto dejará de ser
empresario para incorporarse a la larga lista de perseguidos por la justicia.
10 – Acudir a sociedades de capital-riesgo privadas tiene mucho de riesgo porque a la hora de la
verdad –salvo que se firmen las cláusulas adecuadas- se correrá el riesgo de que venda su
participación a quienes no están excesivamente interesadas en el desarrollo de la empresa.

Descargar el Resumido: 

1010-consejos-para-emprendedores

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error

¿Disfrutas este diario? Pasa la voz :)