El FMI Ajusta el Programa para Argentina: Shocks Externos Generan Recalibración de Objetivos

En su último informe que abarca las quinta y sexta revisiones del Acuerdo de Servicio Ampliado para Argentina, el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha expresado que el programa pactado ha necesitado ser recalibrado debido a los inesperados «shocks externos» que han obstaculizado el logro de los objetivos clave relativos a la acumulación de reservas y la reducción del déficit primario.

Dentro de los puntos destacados en el «Informe del Equipo Técnico» presentado por el FMI, se revela que la meta del déficit fiscal se mantendrá en torno al 1,9%. El respaldo a la intervención en el mercado de divisas financieras, la recomendación de mantener la política de tasas de interés reales efectivas y la estimación de una contracción del 2,5% en el Producto Interno Bruto (PIB) argentino para el año 2023 son aspectos centrales.

El organismo internacional ha comunicado en su informe emitido este viernes que «el programa ha sufrido desvíos como resultado de la histórica sequía junto con demoras en la implementación de políticas».

Esta coyuntura ha llevado a que los objetivos de «acumulación neta de reservas internacionales (RIN), equilibrio fiscal primario y financiamiento del déficit fiscal» se hayan desviado de manera significativa.

Respecto al objetivo de déficit fiscal primario, el FMI ha mantenido firme la meta para el año 2023 en el 1,9% del PIB. Para lograrlo, el informe sugiere un «fortalecimiento de la política fiscal durante el transcurso de este año», respaldado por «impuestos temporales sobre transacciones en moneda extranjera que deberían ayudar a compensar la caída de exportaciones vinculada a la sequía».

En cuanto a las reservas internacionales, el FMI ha proyectado que el nuevo paquete de medidas incrementará las reservas netas en «aproximadamente 8.000 millones de dólares entre agosto y diciembre». No obstante, señala que será necesario un control más estricto del gasto durante el período electoral, con el objetivo de salvaguardar las partidas de gasto social y de infraestructura de alta prioridad.

El organismo subraya que «las autoridades han adquirido compromisos para aplicar mayores esfuerzos en la actualización de las tarifas energéticas de acuerdo a los costos y en la contención de salarios y pensiones en el sector público».

El reporte técnico estima que durante el periodo de agosto a diciembre, los gastos experimentarán una reducción de alrededor del 11% en términos reales, gracias a los esfuerzos en diversas áreas.

Kristalina Georgieva, Directora Gerente del FMI, ha señalado que para cumplir con el acuerdo sobre el déficit fiscal primario, las medidas de «control del gasto» deben enfocarse en «la actualización de las tarifas energéticas y la contención de los salarios y pensiones públicos, sin descuidar los programas sociales y la infraestructura prioritaria».

«A estas medidas se suman incrementos temporales en los impuestos a la adquisición de ciertos bienes y servicios en moneda extranjera, con el fin de contrarrestar la pérdida de ingresos por exportaciones debido a la sequía», aseguró.

El FMI también ha señalado que «las tasas oficiales se mantendrán en valores positivos en términos reales para fomentar la demanda de la moneda local y enfrentar la alta inflación. La política monetaria seguirá siendo una herramienta fundamental para mitigar las presiones del mercado, con intervenciones simultáneas en los mercados de divisas y futuros».

En cuanto al financiamiento, el Fondo advierte que «seguirá adoptando un enfoque proactivo para continuar generando financiamiento neto, con el propósito de asegurar la sostenibilidad de la deuda y prevenir la acumulación de vulnerabilidades».

Además, enfatiza que «las adquisiciones por parte del Banco Central en el mercado secundario de bonos se limitarán al mantenimiento de la operación normal del mercado. La política fiscal, junto con los esfuerzos por movilizar financiamiento interno y externo, debería evitar la financiación monetaria del déficit en el futuro y respaldar el necesario fortalecimiento del balance del Banco Central de la República Argentina (BCRA)».

El FMI también ha destacado que «a pesar de la sólida demanda interna durante el primer semestre de 2023, se prevé que la economía real sufra una contracción del 2,5% este año debido a un impacto de la sequía más pronunciado de lo anticipado y a políticas macroeconómicas más rigurosas en la segunda mitad del año».

En términos de inflación, se espera que alcance el 120% interanual para fines de 2023, aunque esto dependerá en gran medida de cómo se transmita la variación del tipo de cambio a los precios y de la implementación de las políticas correspondientes.

En lo que respecta a la actividad económica, el FMI resalta que «a pesar de las pérdidas significativas en la producción agrícola, las exportaciones y los ingresos fiscales debido a la histórica sequía, la actividad no relacionada con la agricultura ha demostrado ser resistente, lo que refleja una demanda interna sólida».

Adicionalmente, el informe prevé una gradual mejora en la balanza comercial durante el resto de 2023, respaldada también por mejoras en el equilibrio energético tras la finalización de la primera fase del gasoducto.

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