Mendoza, una provincia conocida por su próspera industria vitivinícola, está dando un paso significativo para proteger sus viñedos de la temida Lobesia botrana, comúnmente conocida como la polilla de la vid. Recientemente, se firmó un acuerdo crucial con la participación de figuras clave en el sector agrícola, incluyendo a Sandra Mayol, Presidenta del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI); Sergio Moralejo, Subsecretario de Agricultura y Ganadería de la provincia; Gabriela Lizana, Directora del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE); y Mariel Vanín, Secretaria Técnica del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamen).
El objetivo principal de esta colaboración es desarrollar la síntesis de feromonas esenciales para controlar la polilla de la vid, que representa una amenaza sustancial para la industria vitivinícola provincial. Sandra Mayol enfatizó la importancia de tales colaboraciones con organismos gubernamentales y el sector privado, resaltando los posibles beneficios para toda la población. También mencionó la presencia significativa del INTI en la región de Mendoza, lo que facilita la coordinación con la red de producción local. Reconocida como la principal amenaza sanitaria para la viticultura de Mendoza, la polilla de la vid puede causar una pérdida de hasta el 50% en la producción de uva si no se controla. La legislación nacional y provincial, como la Ley 27227 y la Ley Provincial 9076, designa a Iscamen como la autoridad responsable de su gestión.
Mendoza ha estado implementando campañas de control anuales basadas en la metodología de Manejo Integrado de Plagas en áreas extensas. Sergio Moralejo ve este acuerdo entre el INTI y Iscamen como un inicio prometedor para lograr la producción nacional de feromonas en los próximos años. Hizo hincapié en la importancia de la transferencia de tecnología, beneficiando no solo a Mendoza, sino también a todas las provincias productoras de vino en el país. Moralejo también señaló el papel potencial de la planta de biotecnología en este proyecto de producción.
La Técnica de Confusión Sexual
Para combatir las plagas agrícolas con un impacto ambiental mínimo, se emplean técnicas específicas y no contaminantes como la confusión sexual. La confusión sexual implica liberar una feromona en el aire a través de difusores. Estos difusores emiten feromonas, creando una nube que confunde a las polillas macho. No pueden localizar a las hembras vírgenes debido a la interferencia en su capacidad para detectar la feromona femenina, lo que evita el apareamiento y la puesta de huevos.
Julieta Comín, Directora de Desarrollo Tecnológico e Innovación en el INTI, resaltó las etapas iniciales de este intrigante proyecto. El objetivo es producir una solución ecológicamente sostenible para los productores de uva. Actualmente, el proyecto se centra en la selección de rutas sintéticas, mientras que simultáneamente se avanza en el diseño del dispositivo dispensador de feromona para su aplicación en el campo.
Las feromonas sintéticas desempeñan un papel fundamental en el control ecológicamente adecuado de plagas. Sin embargo, su disponibilidad depende del stock del mercado local y de los recursos, en lugar de las necesidades reales del programa. En este contexto, Mariel Vanín, Secretaria Técnica de Iscamen, enfatizó los desafíos que plantea depender de difusores de feromonas importados. Esta dependencia de proveedores externos puede generar incertidumbres tanto para las agencias de control como para los productores. Establecer una capacidad de producción nacional para esta herramienta esencial se espera que proporcione la certeza necesaria en la lucha contra la polilla de la vid.
