Crece el interés de China por los vinos argentinos

La apertura comercial de China y la ampliación de su clase media trajeron aparejado un cambio de hábitos de su sociedad, que se ve atraída por conocer e indagar gustos y sabores ajenos a sus costumbres; entre ellos, el vino. Las bodegas argentinas reconocen que en ese contexto se abre una gran oportunidad, pero advierten que necesitan de mayor apoyo estatal para apuntalar la promoción.

Invitame un café en cafecito.app

En este sentido, países como Australia, Francia, Italia y España o nuestro vecino Chile, le sacan holgada ventaja a la Argentina, que por aranceles preferenciales, menores impuestos y fuertes trabajos de promoción ya está instalado en el mercado asiático como el principal competidor.

Según cifras de Bodegas de Argentina, el país trasandino exporta cerca US$350 millones de vino al año, mientras que la Argentina apenas alcanza los U$25 millones.

Impulsá los proyectos de tu empresa: Financiá hasta ocho millones de pesos. Logo supervielle. Mujer en taller.
 Espacio de Publicidad

Sin embargo, el interés de los chinos por el vino argentino es creciente y no dejar pasar la oportunidad, es una tarea conjunta entre el Estado y el sector privado, para que en las góndolas y mercados de lujo asiático haya cada vez mayor presencia.

La demanda de vino crece en China

Adrián Vollmer es gerente de Exportaciones de Los Haroldos, bodega argentina que exporta vinos fraccionados a China desde 2008 ininterrumpidamente y en 2017 sumó a Falasco Winesa a su porfolio. En 2020 vendió 35.000 cajas de 9 litros, por US$1 millón, pero como consecuencia de la pandemia de coronavirus, cayeron en 2021 y comenzaron a repuntar en 2022.

“Sufrimos los efectos del encierro de los consumidores chinos. Hoy, luego del último lock down a mediados de 2022, se puede observar que, al volver las actividades como ferias locales e internacionales y eventos privados en el sector, así como la reapertura de restaurantes (lugar muy importante para el consumo de vinos) hay un cambio de ánimo por parte de los importadores”, explicó.

En general, se reforzaron las órdenes de compra para que los vinos arriben a China antes de la celebración del Año Nuevo Chino, a fines de enero 2023, fundamentalmente en la región de Shanghái y alrededores. “En el sur del país, donde más se venden los vinos, la demanda no ha crecido en igual medida y los efectos de la pandemia han sido mucho más importantes que otras regiones”, explicó.

En la bodega Casarena sucede algo similar. Entró en ese mercado asiático en 2015, con la primera exportación de un contenedor por aproximadamente US$50.000, con un porfolio enfocado en los niveles reserva y premium.

Actualmente, tiene presencia en Beijing, Shanghái y Guangzhou, con un total de ventas de 70.000 botellas anuales, por US$300.000.

“El mercado venía creciendo a buen ritmo hasta 2020, cuando la pandemia de Covid-19 afectó fuertemente el consumo y la actividad en general. En ese momento el crecimiento se detuvo y comenzó una importante contracción de las importaciones y ventas que, lamentablemente, aún permanece”, contó a TN Claudia Piedrahita, CEO de Casarena.

Nuevas oportunidades para los vinos argentinos en China

Las bodegas argentinas saben que el mercado asiático es una oportunidad inigualable, pero también que requiere de un esfuerzo adicional.

“En el corto plazo las oportunidades siguen siendo buenas para la Argentina, pero únicamente para vinos premium de varietal malbec y en menores cantidades que en años anteriores. Para el resto de las categorías, las oportunidades son menores que en el pasado, debido a la gran competencia que existe en los rangos de entrada y por sobre todo a que el consumidor actual ha disminuido el volumen y montos de compras de productos importados”, dijo la CEO de Casarena.

Recomendamos:   Banco de Vinos: los miembros del Consejo Asesor coinciden en que no será necesario salir a captar depósitos en vino

En cambio, para Vollmer, los vinos argentinos tienen un diferencial y por eso las oportunidades “existen y van a continuar así, porque a los consumidores chinos les gusta nuestra propuesta de vinos que se ajustan armónicamente a sus paladares”, explicó.

Principales trabas para los vinos argentinos en China

Si bien las oportunidades están al alcance de la mano, hay mucho trabajo por hacer y cuestiones por resolver. “Lamentablemente, no contar con acuerdos arancelarios entre la Argentina y China, más la lejanía y costos de transporte en los puertos de la Argentina y Chile, nos coloca en desventajas considerables respecto de otros competidores, como Chile, que es un fuerte jugador en el mercado”, dijo el gerente de Los Haroldos.

La Argentina tiene mucho por crecer en China. Más allá de la complejidad macroeconómica de nuestro país, hay dos causas que explican principalmente nuestra mala performance exportadora: el desconocimiento de la Argentina como país de productor de vino fino y el arancel, porque no tiene acuerdo de libre comercio a través del Mercosur, como Chile”, explicó Do Pico.

Qué piden las bodegas para mejorar el perfil exportador argentino en China

Según Do Pico, para revertir ese cuello de botella que enfrentan los vinos argentinos y marcar tendencia en el mercado chino, hace falta invertir en la marca país corregir las barreras arancelarias.

Vollmer agregó que “para la Argentina es importante la presencia física en las ferias y en los road shows junto a los importadores, para fortalecer la participación de mercado”.

“En los próximos años va a ser muy importante que como país trabajemos en las condiciones de competitividad para la actividad vitivinícola, pues es una bandera internacional sobre la cultura y la marca país, y un motor del desarrollo social y cultural de nuestra región”, dijo la CEO de Casarena.

Qué vinos quieren los chinos

Según el gerente de Los Harlodos, al consumidor chino “le gustan los vinos blancos, como el torrontés o el chenin dulce y, fundamentalmente, los malbec en sus versiones con y sin madera, taninos suaves y presencia de madera, pero con mucha armonía en boca”. También dijo que prefiere “botellas pesadas y de fuerte personalidad (a diferencia del resto del mundo) y está dispuesto a pagar un diferencial por ello”.

Hay también una demanda incipiente por vinos monovarietales blends, de variedades como cabernet franc petit verdot.

“La clase media juega un rol muy importante en el consumo de vinos de diferentes estilos, comenzando por vinos jóvenes sin madera y a medida que evoluciona el paladar van demandando otros productos de mayor complejidad. El consumidor chino está ávido de nuevos productos y muy abierto a probar nuevas cosas”, agregó.

Para la CEO de Casarena, “hay que estar atentos a los nuevos consumidores, por sobre todo los jóvenes de entre 20 y 30 años, quienes se nutren de gran cantidad de información virtual”.

es_ESSpanish