Emprendedores cubanos exhiben sus productos y comparten preocupaciones en una expo feria dedicada al sector no estatal de la economía

Decenas de pequeños emprendimientos de la capital de Cuba, en colaboración con gobiernos municipales, se reunieron en una expo feria el jueves pasado para exhibir sus productos, establecer contactos y expresar sus inquietudes y sugerencias a funcionarios gubernamentales sobre el emergente sector no estatal de la economía.

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Entre abril de 2021 y enero pasado, el gobierno cubano autorizó aproximadamente 1,080 Proyectos de Desarrollo Local (PDL) en todo el país. Esta forma de gestión no estatal busca abordar las necesidades actuales mediante la participación de particulares, en contraste con la anterior cobertura estatal que se mantuvo durante décadas en el modelo socialista de Cuba, caracterizado por un enfoque muy centralizado.

“Existe el cliché de que lo de afuera es lo que vale. Creo que eso debe cambiar. Aquí producimos igual, e incluso con mejor calidad, que lo que se importa de Panamá o México”, afirmó Manuel Eireos, de 30 años, encargado comercial de una pequeña y mediana empresa (PYME) llamada Emlo Textil, dedicada a la fabricación de sudaderas, pantaletas y vestidos de algodón de calidad.

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La empresa cuenta con 40 empleados y se estableció hace un año en el municipio de Guanabacoa. Es un ejemplo de cómo muchos emprendimientos están estableciendo alianzas con los municipios y participando en los Proyectos de Desarrollo Local.

“¿Por qué no aprovechar este mercado cubano que está completamente desabastecido? ¿Por qué no brindarles a las personas la oportunidad de tener un mejor salario o un buen empleo?”, agregó Eireos.

En la feria celebrada en La Habana, se congregaron 605 participantes, según los organizadores, que incluyeron fabricantes de calzado, embalajes, panaderos, confiteros y proyectos de producción de pinturas y agricultura.

Tras verse afectado por una fuerte crisis económica debido a la paralización causada por la pandemia de COVID-19 y el endurecimiento de las sanciones por parte de Estados Unidos, el gobierno de Cuba comenzó a autorizar este tipo de iniciativas no estatales por primera vez en cinco décadas. Además, se amplió el alcance del trabajo independiente y las cooperativas.

La falta de liquidez del Estado ha provocado escasez de alimentos, medicinas, ropa y bienes de consumo que solían comercializarse en tiendas minoristas estatales. Algunos cubanos han comenzado a viajar para traer y revender estos productos desde Panamá o México, lo que ha aumentado los precios.

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En este nuevo escenario de actores económicos privados operando legalmente en el mercado cubano, se han creado aproximadamente 212,400 empleos desde septiembre de 2021, según cifras oficiales. Además de los 1,080 Proyectos de Desarrollo Local registrados hasta enero en todo el país, se autorizaron cerca de 8,000 PYME y 65 cooperativas.

Durante la feria, muchos empresarios como Eireos participaron en foros con funcionarios para presentar sus críticas. Entre las quejas se encontraban las dificultades para acceder legalmente a dólares necesarios para la adquisición de insumos, problemas relacionados con las tasas de cambio una vez obtenidas estas divisas extranjeras, la imposibilidad de importar y exportar directamente y obstáculos burocráticos y bancarios.

El ministro de Economía, Alejandro Gil, estuvo presente en la exposición el jueves por la mañana.

“Llevamos dos años. Estamos aprendiendo”, declaró Gil en entrevista con The Associated Press tras el intercambio con los empresarios.

“Nos estamos enfocando en mejorar el sistema empresarial estatal del país y también en diversificar y promover la integración del sector no estatal. Lo más importante es no considerarlos por separado”, enfatizó.

En 1968, en medio de los avances de la revolución y su acercamiento a los países comunistas, el gobierno cerró las últimas empresas privadas que existían, y hasta la década pasada, la iniciativa privada solía ser estigmatizada. En 2010, el presidente Raúl Castro inició tímidamente una apertura, pero se centró principalmente en los trabajadores independientes y no en las empresas.

“Estamos haciendo todo lo posible por crecer. Si podemos crecer en nuestro propio país, donde nacimos y aprendimos nuestra profesión, sería mucho mejor”, afirmó Carlos León, un carpintero de 27 años y miembro del PDL Martinez-Martínez, ubicado en el municipio de Arroyo Naranjo, que se dedica a la fabricación de muebles de madera para escuelas y oficinas y que vende principalmente al Estado.

 

Agencias

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